El origen de los aromas

Escrito por: Ana Hernandez. 8 años. TIERRA.

En un pequeño pueblo en el sur de Panamá había una pequeña casa decorada con violetas y girasoles. Ahí vivía una señora embarazada. Ella era cocinera pues mejor dicho chef. Cocinaba tortas de manzana con delicioso chocolate blanco, con mora y pie de limón. Su cocina tenÍa distintos aromas de limón, mora, naranja y mucho más. A ella le encantaba oler sus tortas. Pero como estaba embarazada le habían prohibido las tortas. Además, le faltaban solo 2 semanas para el parto aproximadamente.

El día del parto a Catalina o sea la señora, le dolía mucho la panza. Catalina había tenido una enfermedad un poco grave así que le dolían las cosas más que a las otras personas. Catalina y su esposo habían decidido ponerle Ana a su hija sin embargo el esposo de Catalina, Juan simón estaba de viaje. Cuando Ana nació el doctor le dijo a Catalina que Ana estaba más alta de lo normal.

Ana era linda, cachetona, y tenía una piel morenita. Al aprender a caminar olía algo e iba directo allá. Pues parecía detective de aromas. Ana era tranquila y nunca lloraba solo de vez en cuando. Le encantaba sentir el sol en su piel, pero también la brisa acariciando su lindo cuerpecito.

De aromas le gustaba la mezcla de naranja y moras y la mezcla de limón con galleta. Cuando su mamá cocinaba Ana reconocía los olores de inmediato. Le gustaba tocar el pasto con sus pies, pero hasta le gustaba meter los dedos en el pie de limón de su mamá.

Un día que iban caminando por la calle, Ana vio a un gato en una tienda de mascotas. En vez de seguir derecho giró a la tienda y entró sin que sus papás se dieran cuenta. Cuando sus papás llegaron a la casa se dieron cuenta de que se había quedado sola. Colgaron carteles por todo el pueblo muy preocupados. Paso un día sin aparecer ,paso un minuto y ese minuto pronto ya era una hora y esa hora ya era un día, así paso día tras día hasta convertirse en una semana.

Sus papás estaban tan preocupados que buscaron por todo el pueblo sin descanso hasta encontrarla. Sus papás suspiraron del susto. Por primera vez Ana lloró pues el gato le había caído muy bien. Al instante sus papás supieron porque lloraba. Conversaron un rato y decidieron comprarle el gato. Al llegar a su casa pasó algo mágico Ana empezó a hablar diciendo pie de limón, torta de manzana, y limón con galleta. Sus papás estaban impresionados, nunca por un animal había hecho algo así. El problema del gato era que tenía una enfermedad grave y podía morir pronto.

Ana en 2 semanas cumplía 2 años y quería estar con su gato. Los días antes del cumpleaños de Ana, aprovechó mucho con su gato. Un día antes del cumpleaños de Ana su gato estaba muy enfermo y el día del cumpleaños de Ana paso algo mágico el gato comenzó a bailar puso música y se recuperó de forma muy chistosa. Sus papás estaban impresionados, pero tristemente eso no era todo, solo había sido ese día. Al siguiente día fue la verdad, el gato había muerto. Ana lloró mucho, pero eso no impedía su sueño: ser chef.

Cuando Ana cumplió 3 años viajo a Italia y descubrió el rico sabor de la pasta y los distintos aromas de los restaurantes. Las salsas la habían dejado impresionada. Los aromas eran su futuro para ser chef. Pero pasó tanto tiempo en Italia que se olvidó de su país Colombia, Colombia solo había sido el comienzo parecía que Italia iba a ser el final.

Pero igualmente no iba abandonar su sueño. Afortunadamente el fin del viaje no era Italia porque sus papás le tenían una sorpresa: iban a ir a muchos países con deliciosos aromas. En Francia descubrió los aromas como el del pan y el chocolate, también fue a México y descubrió los tacos y el picante chipotle, pero el chipotle le provocó un fuerte ataque de tos, no le duró tanto, pero fue muy fuerte. Después de unos días probo una dulce torta de diente de león con flores comestibles de distintos colores. Como el girasol, el postre de león tenía un aroma a dulces flores del bosque.

Lo que más le gustó de México fue la pirámide del sol y la luna y los chapulines: grillos comprados en el mercado de las pulgas. El fin de su viaje fue Argentina. Probó las empanadas corte cuchillo, el aroma del choripán y la carne. Así paso año tras año comiendo lo mismo cada día y visitando los mismos países hasta cumplir 10 años de vida.

Ana ya quería aprender a cocinar, su mama le iba a enseñar, pero Ana quería clases, su profesora era muy amable le enseño pancakes y bebida Hatsu. Todos los martes y jueves tenía clase de dos horas. Eran muy divertidas se pasaban muy rápido.

Al crecer visitó nuevos países como Suecia y muchos más. Se casó con alguien llamado Andrés tuvo 2 hijos: 1 Shiva y el otro Masha. Juntos fueron a los países de la infancia de Ana, pero conocieron muchos más aromas. Todos juntos hicieron una tienda que tenía muchos aromas ricos y feos.

Ana se convirtió en chef profesional. Andrés investigó los aromas y descubrió que los aromas no se podían ver ni con un telescopio. Toda su familia escribió un libro con esta frase: en nuestro dulce hogar todos cocinan.

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