ISHANA y las diferentes conexiones
Escrito por: Martina Londoño Nuñez. 11 años. Grupo AGUA
A todos los niños y niñas en este mundo, quiero decirles que SIEMPRE pueden lograr TODO lo que se propongan,
A mi Papá, gracias por impulsarme a ser mejor cada día y por siempre intentar mejorar,
a mi Mamá por toda la sabiduría que tiene y por todos los días que me enseña la persona que siempre me impulso a escribir un cuento,
a mi familia por apoyarme siempre,
Pero sobre todo a mi hermana que me enseña paciencia a compartir todos los días y a nunca olvidar lo divertido que es reírse.
En un pueblo muy lejano donde no llegaban cartas ni correos, donde el sol parecía tomarse más tiempo para ocultarse, y la luna iluminaba como un gran bombillo al anochecer, en ese maravilloso pueblo vivía Adira (que su nombre significa fuerte y poderosa), una niña de pelo castaño y unos hermosos ojos grises, también maravillosa, inteligente y especial con tan solo 11 años.
Los habitantes del pueblo ISHANA eran un pueblo tranquilo, y apasionado por la lectura, todos niñas, niños y adultos amaban los libros, era un pueblo con habitantes que tenían dones muy especiales como teletransportarse, viajar en el tiempo, hablar por telepatía y el más común ser invisibles. Algunos descubrían los dones a la edad que ellos llamaban: la edad de el no retorno, es decir a sus nueve años, eran una comunidad muy hermosa.
Adira tenía el don de viajar en el tiempo, talento que usaba constantemente para viajar al pasado con mucha frecuencia, ya que le divertía aprender cómo las diferentes tribus habían descubierto todas las cosas que ya saben ahora, tales como el fuego, lenguajes y palabras. Sin embargo tenía un gran miedo a viajar al futuro ya que el don de su madre, Marala, una hermosa señora joven con el pelo castaño como el de Adira que era exploradora y científica, también era viajar en él tiempo, y estaba desaparecida desde hace 5 años, nadie sabía de ella.
Adira era soñadora, soñaba con viajar A TODAS PÁRTES, había tenido visiones desde los nueve años, más o menos después de descubrir su don. Ella constantemente veía que tenía que viajar al futuro y que ahí iba a encontrar a una niña parecida a ella, pero con unos hermosos ojos verdes, quien le ayudaría a descubrir algo importante, y aunque la tristeza de la ausencia de su madre se convertía en miedo al pensar en sus visiones y en viajar al futuro, estaba dispuesta a viajar aun cuando no sabía qué se iba a encontrar. Igual, siempre había querido descubrir que pasaba después, ¿y si tenía algo que ver con la ausencia su madre? Sin embargo, su padre Eltán (un señor también muy joven y con los ojos grises como Adira) con el don de teletransportarse, se preocupaba demasiado y no quería que nada le pasara, pues ella era lo único que tenia en el mundo y lo que más apreciaba, todavía no entendía las visiones de su hija ya que tenía miedo de perderla, además una enorme tristeza de no poder ir con ella a la aventura.
Una noche de luna llena, mucho más iluminada de lo normal, Adira estaba como de costumbre cenando con su padre, y notaba que estaba nervioso. Había llegado a la mesa con una carta en sus manos. Adira muy curiosa le pregunto a su padre para quien era la carta, Eltán se paralizó un momento y luego dijo:
Hija esta carta es para ti, me la ha dejado tu madre antes de partir al futuro porque en caso de que ella no volviera, me hizo prometerle que te la daría el día de tu cumpleaños N° 11. Sé que hoy no es tu cumpleaños, pero sentí que hoy era el momento correcto, pues tu madre decía que en esta carta estaban las respuestas a todas tus preguntas, y yo creo que tal vez esto tenga que ver con tus visiones.
Eltán le entregó la carta a Adira, y ella le agradeció a su padre con un fuerte abrazo; abrió la carta y procedió a leerla en voz alta.
Querida hija:
Hoy cumples 11 años, una edad hermosa llena de aprendizajes, cambios, sentimientos y retos. Dejé esta carta porque este viaje, al futuro, es mucho más largo de lo que te puedas imaginar, pero antes de contarte todo lo que te voy a escribir, quiero que sepas que esta misión no va a cambiar nunca el amor que tengo por ti y por tu padre, un amor infinito y eterno, que siempre tendré hacia ustedes. Y aunque no puedas verlo, el amor es una energía, y esa energía es enorme, traspasa el tiempo y el espacio.
Hija la razón por la que partí, es porque antes de que tu nacieras había un problema en nuestro amado pueblo. Muchos de los habitantes incluyendo a tu padre y a mí, estábamos teniendo visiones sobre un pueblo en crisis, agonizando, donde muchas personas que gritaban y sufrían.
Nuestras visiones nos mostraban un pueblo incendiándose y esto nos preocupó muchísimo, pues éramos muchos los que teníamos estos sueños. Entonces todos los líderes del pueblo nos reunimos lo más pronto posible para encontrar una solución, porque sentíamos que el pueblo que veíamos podría ser el nuestro en el futuro, o uno muy parecido al de nosotros y necesitábamos tener una idea clara de que estaba ocurriendo. Sin embargo, mi corazón, después de unir varias historias y revelaciones, llegamos a la conclusión de que podía ser una conexión entre nuestro pueblo y un lugar desconocido que se nos estaba manifestando, porque como te decía hija, la energía es más grande de la que podamos imaginarnos, está en todas partes y al mismo tiempo, y de esta manera nos podemos conectar con todo en este Inmenso Universo, y aunque no lo creamos, la energía siempre está frente a nuestros ojos entregándonos información constantemente, que cuando nos hacemos conscientes podemos tomarla para comprender los mensajes de la vida. Así las cosas, Adira, yo era la única científica exploradora en el pueblo, y estoy segura de que no es coincidencia, así que sentí una responsabilidad enorme para descubrir que estaba pasando y me ofrecí para investigar.
Cada día tenía una nueva visión y cada vez era más claro que eran de una tierra desconocida, donde me pedían que viajara al futuro nuevamente, para poder encontrarme con los sobrevivientes del pueblo ya que ellos tenían algo que decirnos en mis visiones algo muy importante, como una advertencia.
Nunca quise dejarte a ti y a tu padre, y menos sin saber cuándo voy a volver, pues hoy que te escribo esta carta, tan solo tienes 6 años, y lo hago para que me puedas entender. También te cuento esto para que sepas porque no estoy y aunque no sé cuándo volveré, espero que esta carta te enseñe que no importa lo que pase siempre cree en ti misma y si algún día tienes visiones como yo síguelas y créeme que encontrarás lo que buscas porque tu llevas amor a todas partes.
Te amo siempre tu madre.
Al terminar de leer la carta Adira tenía los ojos aguados, miro a su padre que tenía los ojos tan mojados como ella y la miraba con orgullo le dijo: “tú eres la clave, debes viajar a el futuro. ” Adira le regalo una hermosa sonrisa a su padre ya que la llenaba de felicidad saber que por fin había comprendido sus visiones. Comenzó a sentirse acompañada pues desde hace mucho no sentía a su madre tan cerca como una energía cálida y llena de luz que la abrazaba como si estuviera ahí, a su lado.
A la mañana siguiente Adira se despidió de su padre pues iba a partir al futuro esa misma mañana no podía esperar otro día más. Lo miro a los ojos y le dio un fuerte abrazo, Adira cerró sus ojos y como no sabía como imaginarse el futuro, decidió pensar en sus visiones sintiendo a la niña de ojos verdes frente a ella. La habitación se iluminó y Adira desapareció entre los destellos. Volvió a abrir los ojos y ya no estaba en la habitación estaba frente a un árbol grande con unas hermosas hojas naranjas. Adira decidió explorar un poco más el bosque, caminó durante unas horas hasta que vió una niña a lo lejos, apresuró el paso, tal vez era la niña de sus visiones. Al llegar a ella se quedó en silencio pues ¿Qué se supone que le diría a alguien que ni siquiera conocía? , alguien qué solo aparecía en sus revelaciones. La niña volteo la cabeza y lo primero que le dijo fue: “¿Eres Adira?” Adira asintió con la cabeza muy sorprendida y de inmediato le pregunto a la niña: ¿Cómo sabes mi nombre? Ella le contesta muy confundida: ¿cómo así? nos hemos visto varias veces en nuestras visiones. Adira por fin comprendía todo. Ella era la persona que les había pedido ayuda y que les quería advertir algo así que dijo: ¿Cómo te llamas, cuál es tu historia, porque nos llamas?
La niña respondió: Mi nombre es Alicia, mi pueblo se incendió porque nuestros habitantes ocupaban demasiada rabia en su corazón, las cosas se calentaban cada vez que esto pasaba. Sabía que esto no iba a terminar bien pero ningún adulto me escuchaba así que decidí llamar a tu pueblo ya que nosotros podemos conectarnos con el futuro y el pasado y tu pueblo me inspiró conciencia y amor. Un pueblo que tenía el corazón lleno de mucho amor así que los estudie y empecé a llamar a los habitantes pero descubrí que tenía que llamar a alguien que estuviera lleno de empatía amor y conocimiento y ahí conocí a tu madre Marala. Ella era la indicada así que la impulse con todas mis fuerzas a que pudiera ayudarnos y por eso la llamé al Futuro. Al llegar tu madre estaba confundida como tu pero tenía muy claro que su misión estaba aquí con nosotros.
Adira tu estas aquí por que tu misión es traer amor y felicidad. Tu vienes a alegrarnos. Ven tu madre te está esperando. Adira sentía que su corazón palpitaba muy rápido estaba a punto de ver a su madre después de 5 años. En ese momento llegaron a la montaña, Adira vio a su madre y corrió a abrazarla. Sintió una energía muchísimo más grande de la que había sentido al leer la carta por fin estaba con ella.
FIN